viernes, 16 de septiembre de 2011

Ciudad y medio ambiente


Debemos pasar de la sociedad de la información a la sociedad del medio ambiente. Nos va la vida en ello. Levemente empezamos a ser conscientes de lo que se nos viene encima, pero estamos bajo el síndrome del sofá; es decir, sabemos que tenemos que actuar pero pensamos que aun hay tiempo y seguimos confortablemente en nuestro sofá, sin hacer nada.

Ya nada es igual, ni lo será. Hemos vivido (y aun vivimos) bajo un modelo de crecimiento desaforado, consumiendo y derrochando recursos, creyendo que lo importante es el momento y luego ya veremos.

Si una cosa aprendí en mi época de estudiante de biología es que todos los seres vivos, desde el hongo más humilde al ser humano, todos vivimos en una red interconexionada, donde la acción más leve, tendrá consecuencias en el resto. Y también aprendí que las políticas públicas han de verse con el cristal de la ecología y no con el de la economía, aunque ambas empiecen por Eco.

En España el cambio ha sido profundo en algunos sectores; en especial en el de la gestión de residuos. Más por imperativo de las directivas comunitarias que por convencimiento; pero nada hemos hecho, significativamente, en el sector del urbanismo. Y la ciudad es nuestro ecosistema; por lo tanto, todo lo que suceda en la ciudad tendrá consecuencias en el colectivo.

En España, el 70 % de la población vive en el 1% del territorio; es decir, en la ciudad, pero consumimos el 80 % de los recursos. En Europa estos porcentajes son aun mayores. Por tanto debemos gestionar mejor las ciudades, comenzando por cambios en los modelos de crecimiento. El modelo de ciudad anglosajona, extensa, basada en el uso del automóvil, con exclusividad, debemos desecharlo de una vez por todas y apostar por el modelo de ciudad compacta mediterránea; mucho más respetuosa con los recursos y menos derrochadora.

El mayor reto que tienen nuestros políticos consiste en buscar una respuesta estratégica al cambio climático y esta respuesta global, pasa por ser, en la misma medida, respuesta local.

Se hace imprescindible aplicar nuevas formas de gestionar las ciudades, entendiéndolas como ecosistemas complejos y aplicando en los modelos de gestión el principio de eco-eficiencia.

En España, en el período 2001 - 2007 se calificó como suelo urbano más de la mitad del necesario, con una tasa de artificialización del suelo, es decir, de cambio de uso de suelo no urbanizable a urbanizable de 3,5 hectáreas a la hora. Una barbaridad, si partimos de la base de entender que el suelo es un recurso no renovable.

Debemos apostar, por tanto por un modelo de ciudad compacta, diversa, ecológicamente eficiente y conexionada socialmente. Apostar por la rehabilitación de los barrios, que, generan más empleo y más estable que la construcción nueva y evitan que los ciudadanos más débiles abandonen su barrio de toda la vida.

Los paises han de establecer políticas que faciliten cumplir con los compromisos de emisiones fijados y firmados. Debemos exigir a nuestros representantes municipales que incluyan en sus políticas sectoriales criterios de sostenibilidad.

Y en dónde debemos actuar?

  • En urbanismo, favoreciendo modelos de crecimiento sostenible.
  • Movilidad: Aplicando criterios de transporte eficiente y sostenible en el tiempo, favoreciendo el uso del transporte público, frente al privado.
  • Edificación: Ajustando los recursos necesarios al mínimo, sin perjuicio de la calidad de los edificios.
  • Cambio Climático: Reduciendo las emisiones de los sectores difusos, como el transporte, y los sectores residenciales e industriales.
  • Metabolismo Urbano: Minimizar el consumo de los recursos necesarios, sin que ello afecte a la calidad de vida de los ciudadanos; poniendo el acento en el consumo racional y el reciclaje y la reutilización. 
Como dije al principo, no se trata de cuándo hay que hacerlo, sino de aplicarlo ya. Nos va la vida en ello.

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